lunes, 29 de diciembre de 2008

Animal


Vico la tomó en sus brazos, ella no pudo resistir el efecto causado por los alucinógenos. Su cuerpo era demasiado débil para visualizar en un instante toda la marejada de experiencias vividas en treinta años de sordidez cultural.
Nació en un poblado pequeño cerca de la Costa Chica; de niña sólo conocía el entorno dibujado por el latifundio Miller, las casas de zacate y de techo redondo. La enseñaron a callar, a no opinar, a que su mundo y su esencia femenina fueran a razón de los hombres; que en contraste, hablaban, gritaban, expresaban su descontento y además exigían sin dar nada a cambio.
Estos, utilizaban los cuerpos de las mujeres cual fetiche de placer y después los tiraban al basurero de las excresencias como una novedad pasada de moda, en un mundo en el que el capital hace al cuerpo. "A ellos, todo se les perdona,...a tí...no; o eres madresposa o eres puta, tú eliges."
El lupanar en donde refugió su deseo por ser amada, era mejor que vivir en la triste choza cerca de los cultivos en los que trabajaba sin descanso. Se hizo llamar, Belladona.
Ese nombre le recordaba las esencias de los preparados que su abuela hacía durante las sesiones de curación.
La convencieron de ir a la ciudad, le dijeron que la vida era maravillosa, que vería cosas fascinantes y las guardaría en un minúsculo amuleto que conservaba cerca del pecho.

domingo, 28 de diciembre de 2008

Tango

"Mis zapatillas para bailar tango tienen en sí las experiencias más dolorosas de mi amor por Jim; él me enloquece. Hace que la sangre del corazón se me salga por los pies y escurra en gotas delgadas a lo largo de los tacones que tiñen el piso con cada movimiento que doy cuando bailo."
Tango que hiciste mal y sin embargo te quiero porque sos el mensajero del alma del arrabal.http://www.youtube.com/watch?v=cFeAwZslAHY&NR=1
La última vez que lo vi, juré que moría; en su técnica basada en la evolución de las especies, por marcar su territorio, se paseó irreverente con una prostituta de baja calidad, no obstante, su intención fallida por arrancarme la piel frente a un escenario hostil, entre animales de su misma especie, le dio la estocada final. Murió frente a mí lacerado por su propio orgullo. Me sorprendí a mi misma cubierta en hielo e indiferencia, ni una sóla lágrima derramé en su presencia, ninguna reacción corporal. Altiva, embellecí mi cuerpo y me transformé en un ser que conjuró la juventud desde la más íntima viscera.
En mi soledad y para consolarme ante tal falta de escrúpulos, me compré otras zapatillas para bailar tango y baile desnuda frente al espejo del estudio de prácticas. No lloré, bailé hasta sudar la porquería de historia que había tatuado Jim en mi alma. Las zapatillas que usé con él la primera vez que hicimos el amor, las enterré con los muertos que formaron parte de ese ciclo de vida; hice mi duelo. Con todas esas experiencias vividas a su lado, me convirtí en una bailarina profesional.
El poder de tú existencia me envolvió en una nueva piel a la que llamé prepucio. Desde entonces, sólo tú tienes mi cuerpo y su expresión plasmada en el arte.

Borrando tú historia en mi piel

http://www.youtube.com/watch?v=iIBRC56GNSM&feature=related
Ella yace desnuda en un piso al que llamó su locura. Su ojo derecho me observa, siempre le había prometido hacer un trabajo de arte acerca de su cuerpo porque ella decía que no volvería a tener esa misma piel en diez años. Vivía obsesionada con el tiempo que nos separaba, con sus arrugas y con sus zapatillas para bailar tango; decía que así podía borrar la heridas que Jim había tatuado en su cuerpo.
Yo la amaba porque entre ella y yo no había ningún vínculo que nos comprometiera sino el arte, se daba completa en el momento y no volvía a verla en algunos días, a veces semanas. No obstante, y es algo que no podía evitar, la necesitaba. Mireya era mía y me complacía saber que ningún otro hombre la poseyera como yo, haciamos el amor cual amantes castos y a ella nunca le importaron las mujeres que mi profesión me obligaba a tener al lado. La llamé, mi alma, porque su ternura me convertía en una deidad; era una mujer deseada por muchos hombres, culta y apasionante. Eso a ella no le importaba, vivía para darse. Su olor estaba impregnado en mi nariz cual esencia de narciso. Cuando la conocí, sentí la paz que no había encontrado en ninguna mujer.
En todas las mujeres la buscaba y en ninguna de ellas la encontraba, Mireya era única. Ella lo sabía y se me entregaba completa.

Anochecer y soledad


Cae el tiempo en mi rostro como una marejada de horas sin sueño
y muchas letras por escribir en esta soledad en la que no encuentro reposo.
Soy cuerpo, pero me lamento por ser sentimiento y emoción
cuando estoy frente a tí que eres cruel como el hielo que no sabe dar calor,
sino quema para herir.

Locura


Entender a la locura es perder la razón. Hay experiencias que no son para pensarse o comprederse. Mejor, guardar silencio, ponerse los patines y deslizarse en el hielo de la vida; sea la pista de Central Park o un lago congelado en Marte.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Percepciones cotidianas


Caminé y encontré la puerta que me llevó a descubrir las contradicciones de nuestro encuentro. Tú no fuiste un escape a mi soledad o una fuga de represiones; en tí descubrí el tiempo pérdido de mi esencia y frente a tú piel perdoné mis días hundidos en el abandono. Ya no eras una imagen impresa en offset o un recuerdo de mis andares solitarios entre los pasillos de Facultad escuchando la voz de tu poesía; eras una presencia a la que podía olfatear cuando estuviera cerca y beber cuando lejos de mí.
Que extraño se tornó el mundo cuando llegaste, se quebraron los planes e iniciaron las esperanzas; se borró el miedo al tiempo que una vez se desvaneció en aquel reloj de arena que compré en Egipto, pensando que algún día entendería el por qué de tanto sufrimiento en mi carne.
Hoy, beso tú rostro y me pierdo entre lo desconocido de tus pensamientos.